Día Mundial de la bicicleta (no Oficial)

Asi como los Beatles, que tienen muchas fechas de celebración, la bicicleta no se podía quedar atras y tiene 2 días de celebración al año. Uno oficial y otro No Oficial, pero que tiene una historia deliciosa que une a una droga con el placer de pedalear! No lo sabias? Aca te lo contamos!

Si bien, la ONU promulgó el 2018 el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta, no podemos ignorar el hecho de que este día se ha celebrado tradicionalmente el 19 de abril, con el objetivo de promover el uso de este medio de transporte sostenible, sano y divertido, y concienciar sobre los derechos de los ciclistas.

Pero el Día Mundial de la Bicicleta con fecha de 19 de abril, lejos de ser una fecha oficial, tiene una curiosa historia detrás, que te sorprenderá seguro.

La fecha hace referencia al 19 de abril de 1943 cuando Albert Hofmann, conocido como el padre del LSD, realizara en su laboratorio un experimento en el que ingirió 0,25 miligramos de ácido lisérgico (LSD) para ver sus efectos y tuvo que volver a casa en bicicleta porque a consecuencia de la guerra no estaba permitido el desplazamiento en vehículos a motor.

En ese viaje tuvo algunos problemas y acabó en el médico porque pensaba que la sustancia lo había envenenado. Después de algunos efectos de terror, empezó a sentir disfrute y buenas sensaciones. Y finalmente acabó bien.

Su descubrimiento tuvo un impacto significativo en el mundo durante la Segunda Guerra Mundial. En los años 50, atrajo la atención de algunos investigadores por su interés en tratar enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión y la adicción.

Hofmann mantuvo durante muchos años la posibilidad de que el LSD tuviera un uso médico, sin embargo, en la década de los 60, el LSD se popularizó en las ciudades. Y comenzaron a aparecer historias de usuarios que sufrieron daños psicológicos persistentes después de su abuso. Finalmente, el LSD fue prohibido y en la actualidad se consume con fines recreativos de manera ilegal.

Descubrimiento del LSD-25

A finales de la década de 1930, Albert Hofmann fue asignado a la investigación de los alcaloides derivados del cornezuelo, un hongo parásito que afecta el centeno y otros cereales. Como joven químico, su objetivo era desarrollar derivados semisintéticos del cornezuelo que funcionaran como estimulantes respiratorios y circulatorios.

Durante sus investigaciones con ácido lisérgico—el componente básico de los alcaloides del cornezuelo—Hofmann intentaba sintetizar un producto similar a un conocido estimulante, la nikethamida o dietilamida del ácido nicotínico, comercializado en aquel tiempo bajo el nombre de Coramina. Al introducir una substitución de dietilamida en el núcleo del ácido lisérgico, aspiraba a crear un análogo de Coramina que fuera efectivo como estimulante sin influir en el útero (los alcaloides del cornezuelo son conocidos por su capacidad para estimular los tejidos uterinos y aún se utilizan en obstetricia con dicho propósito).

El resultado final fue LSD-25: el vigésimo quinto compuesto dentro de una serie de derivados del cornezuelo que Hofmann logró sintetizar en su laboratorio.

El 16 de abril de 1943, Hofmann seguía trabajando en el laboratorio Sandoz y tuvo un «presentimiento peculiar», tal como describió en su libro «LSD: mi hijo monstruo». Decidió volver a trabajar con el compuesto LSD-25 que cinco años antes había fracasado por su ineficacia.

Como no sabía si sus propiedades se conservaban después de tanto tiempo, decidió volver a sintetizar el compuesto. Durante el proceso, Hofmann fue expuesto accidentalmente a una cantidad pequeña del LSD-25 recién sintetizado (en un descuido, se habría llevado los dedos a la boca y voilá!). Sintió náuseas y un ligero mareo que le impidieron seguir trabajando, así que se montó en su bicicleta (debido a las restricciones de la Segunda Guerra Mundial para la movilidad en automóvil) y regresó a su casa.

Entró en un estado de ensoñación extrañamente lúcido, su imaginación estaba altamente estimulada y comenzó a alucinar con visiones caleidoscópicas, a pesar de tener los ojos cerrados. Después de unas horas, el efecto se desvaneció. Pero dentro de Hofmann algo se había encendido.

Tres días más tarde, Hofmann regresó al laboratorio y dialogó con su ayudante sobre lo que planeaba hacer. Ingirió 0.25 miligramos del compuesto LSD-25, lo que pensó que sería una dosis «ligera», aunque en la actualidad se conoce que esa cantidad en realidad tiene efectos muy potentes.

Según las notas del químico, a las 16.20 tomó una dosis de LSD y 40 minutos después registró que empezaba a experimentar «un mareo incipiente, ansiedad, distorsiones visuales, síntomas de parálisis y deseo de reír».

Volvió a montarse en su bicicleta, esta vez en compañía de su ayudante, que iba registrando el comportamiento de Hofmann. Y lo cuidaba. El químico sintió cómo todo a su alrededor se transformaba.

La era de la psicodelia había nacido. Y fue en Estados Unidos donde mayor repercusión tuvo siendo la droga experimental que unió en comunidad al movimiento hippie. Sin embargo, el excesivo uso de la sustancia dejó secuelas que le dieron mala prensa y fue prohibida.

Hofmann, que murió en 2008 a los 102 años, consideraba que la sustancia había sido secuestrada por el movimiento hippie y que había sido injustamente demonizada.

Asi fue como el relato de Hofmann, sobre uno de los viajes más  sicoledelicos en bicicleta, inspiró a  en 1985 a un profesor de la Universidad de Illinois a recordar este viaje en bicicleta, celebrandose asi por primera vez el Dia Mundial de la Bicicleta.

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